Cada 9 de octubre los actos del día de la Comunidad Valenciana se suceden de igual manera: con los niños y la figura del buen rey Jaime matamoros como grandes protagonistas. Los actos de exaltación de la figura del Conquistador constituyen una patada a la memoria de esos millones de personas que fueron perseguidas, aniquiladas, sometidas y esclavizadas por razón de su raza y de su religión. Un genocidio en toda regla, un holocausto que contó con la bendición y las indulgencias –cómo no- de la Iglesia de Roma. No es de extrañar, por tanto, que los actos de exaltación del Tirano se produzcan con ese espíritu ovino y catequizador que, para prosperar, necesita incidir en las tiernas mentes de nuestros hijos a golpe de ariete, cuantas más veces mejor: Jaime I fue un buen rey, Jaime I fue un buen rey, Jaime I fue un buen rey… Parece que a fuerza de repetir todos los años la misma falacia vamos a terminar por tragárnosla.
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Con este método reiterativo se consiguen excelentes resultados. Así, una encuesta realizada por la revista de historia Sapiens, en su número del pasado mes de septiembre, presenta la figura de Jaume I como el gran héroe catalán de todos los tiempos. ¡¡¡Y por votación popular!!! Aquí, un poco más al sur, el resultado sería idéntico para beneplácito de quienes se empeñan en seguir cerrando los ojos. ¿Qué podemos esperar de aquellos que han ensalzado la figura del Conquistador a la condición de santón, de “pare dels valencians” y, al mismo tiempo, reniegan de la cultura catalana que los pobladores de Jaime trajeron consigo?
Cuando pase el 9 de octubre, día de la valencianidad, del holocausto andalusí de Valencia, llegará el 12 de octubre, día de la hispanidad, del holocausto indígena en el Nuevo Mundo. Gracias a héroes como Jaime, Pizarro y Hernán Cortés, los pueblos indígenas tuvieron la oportunidad de conocer la faz del verdadero Dios antes de ser exterminados.
No se trata de demonizar a nadie, ni de juzgar post mortem a quien actuó cegado por ideales de otros tiempos, pero tampoco, de ensalzar la figura de aquellos personajes cuyos actos no constituyen un buen ejemplo para nuestros hijos. Repito: es peligroso que ciertos valores de otras épocas se perpetúen en la actualidad, que las crónicas de los vencedores acallen por siempre las voces y la memoria de los vencidos. Si Valencia necesita un día para reivindicarse, busquémoslo lejos del santoral y de los heroicos actos de los salvapatrias.
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Qué acertado en tu comentario. Muchos dirán que no, pero yo sí se cuánto sabes de Jaime I y de las relaciones despóticas y arbitrarias con los moros, y sobre todo con su jefe al-Azrac.Sé que estás metido de lleno en esta historia y que son muchos los que tendrán que leerte para cambiar criterios e historias oficiales. Por mi parte todo el reconocimiento. Por parte de los que no lo entienden así, que te lean cuando publiques tu magnífica obra sobre al-Azrac, la montaña de Alicante y las traiciones de Jaime I, el Tirano.
Tema muy controvertido. Es difícil ahondar en estas cuestioness y reflexionar con la mente abierta sin ataduras. La historiografía al uso es sesgada. Las naciones crean mitos que malnutren e incluso envenenan el alma de los pueblos.
En todo caso, al menos se puede regirar la cuestión y reivindicar, aprovechando Sant Dionís o San Dionisio para reivindicar un día de lxs enamoradxs de esta 'terreta' y toda la Tierra.
Saludos,
José Mª Peiró
Tengo tres hijos y todos ellos, durante la etapa inicial de su formación en la escuela,han sido "bien informados" de la andanzas de Jaime I por estas tierras a través de diversas actividades didácticas.
Naturalmente, y a medida que han ido creciendo, he procurado desmontar la labor de los maestros sobre el tema que machaconamente vienen repitiendo curso tras curso cuando llega el mes de octubre.
Estoy más que harto de los mitos fundacionales y de los héroes patrios a los que acuden las naciones para justificar su existencia.
Cuando un pueblo ha de establecer sus mitos fundacionales por oposición a otro qué se puede esperar de él…