El pasado jueves aprovechamos la tarde para grabar –in situ- la primera serie de sonetos del tío Paco de Fantaquí. Quisimos comenzar por aquellos cuya temática giraba en torno a la leyenda de la Mora, y para el barranco que nos fuimos. Unos los grabamos en el estrecho de la Encantada, junto al molino y la fuente; otros, en la poza de Planes. Dejo aquí un soneto titulado El gorg del Salt, soneto que el tío Paco tuvo a bien dedicarme en enero de 2010, cuando visitamos el charco tras unos días de intensa lluvia.
En esta ocasión, sin embargo, el salto apenas manaba un hilo. Y es mejor que así fuera porque -aunque el tío Paco conserva un buen timbre de voz- de haber rugido la barrancada hubiera sido imposible que su recitar despuntara sobre el bramar de las aguas.
El paraje vestía de otoño y tan bello me resultó verlo de aquella guisa engalanado -tan sombrío y apocado- que regresé a la mañana siguiente, aprovechando la dramática luz de otro día nublado.
Allí pasé mis buenas horas disfrutando de la soledad y el silencio de un lugar de leyenda, y estoy seguro que, de haber llevado con qué escribir, aquella mañana de diciembre habría compuesto mis primeros versos.
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